¿Qué es el brunch?
Aunque a veces las tendencias gastronómicas sólo llegan para engrosar nuestro diccionario foodie con términos en otro idioma que nos hacen parecer más cool en los fogones, no es el caso del brunch.
Ese término de origen inglés, compuesto de «breakfast» y «lunch», que viene a definir esa comida que no es ni desayuno ni comida en sí (almuerzo para los angloparlantes), llegó a nuestro país con esos aires de extravagancia de lo que se hace fuera. Pero a estas alturas debemos reconocer que es una idea tan buena para ciertos días, y un momento tan disfrutable con amigos, que una vez que se prueba, no se puede prescindir de él. Ni tampoco se le puede poner ya un nombre en español, lo que viene siendo castellanizarlo, porque el brunch ya es un amigo conocido sin el que no sabemos vivir. Los millennials ya lo han asumido como algo natural que incluir en los planes del fin de semana de vez en cuando, y hasta la generación X lo ha añadido a su vocabulario común.
Al que no madruga, el brunch ayuda
Pero si eres de los pocos que no sabes en qué consiste tomar un brunch, qué debe incluir y que se le puede añadir, o incluso cuáles son los mejores (para nosotros) en Madrid, no te preocupes, que te lo contamos todo.
Un brunch es la excusa para desayunar tarde y mucho. Aunque no hay un horario definido, normalmente se toma entre las 10 y las 14, pero siendo tan españoles como somos a veces, podemos hacer un 11-15 o incluso más tarde. Por eso normalmente se asocia al fin de semana, que es cuando disponemos de más tiempo. Nos permite cargarnos las pilas con un bocado extra de vitaminas, cafeína, alcohol y azúcar. Y por supuesto, algo contundente salado para compensar.
¿Qué debe llevar sí o sí un buen brunch?
Un zumo de naranja, por lo menos. Si puede ser mimosa, mejor que mejor (zumo de naranja más champán). Así le añadimos ese toque de glamour asociado a un buen brunch. Y ese punto alcohólico, para completar el cóctel. Aunque algunos lo han cambiado ya por un buen gintonic.
Café. Por muy tarde que sea, no te olvides que es parte de desayuno… y para algunos el café es un sacramento mañanero. Eso sí, el orden lo pones tú, y puedes tomarlo al «finalizar la comida», para empezar la digestión. Si eres más de té, por supuesto, sean bienvenidos.
Algo dulce. Bollería. Bizcocho. Croissants. Muffins. Tarta. Realmente entra todo lo que te apetezca.
Las granolas, los yogures y los frutos rojos, son las últimas incorporaciones. Lleva esa parte de lácteo o derivados, frutos secos y fruta que tanto necesitamos en nuestro organismo y que son la clave de un buen desayuno.
Fruta. Ya la hemos mencionado, tanto en la opción desayuno granola-yogur-frutos rojos, como en el zumo de naranja. Pero añade toda la que quieras.
Algo salado. Aquí el mandamiento para los puristas del brunch son los huevos benedictine. Se tratan de huevos escalfados sobre una base de bacon tostado y cubiertos por salsa holandesa. Y todo ello encima de un auténtico baggel. Aunque las nuevas tendencias te permiten incorporar aguacate y salmón, por ejemplo, y sustituir el bacon. Una french toast también es un clásico en este menú.
Pero la opción salada acepta otras muchas combinaciones a gusto del local que lo sirva o del foodie que lo prepare: desde hamburguesa para los que hacen el brunch más tarde, hasta unos callos, para los más castizos.
Y es que para gustos los colores, y para el brunch, los sabores.
La receta del mejor brunch:
Yo os voy a contar como lo preparo en casa. Mis trucos para prepararlo y repetirlo siempre que puedo. Y los que lo prueban, también repiten, por algo será.
– Mimosa: Sirve zumo de naranja recién exprimido en un vaso hasta la mitad. Sirve champán sobre el zumo de naranja hasta completar tu cóctel. Disfrútalo.
– Dulce: Mi opción preferida es el famoso bizcocho de yogur. No os daré yo la receta, porque ya está todo dicho, prefiero seguir la de DeRechupete. Y que cada comensal elija si además le quiere poner una capa de nocilla o mermelada por encima. Un día es un día.
– Huevos benedictine: Yo sigo la receta clásica y le añado un baggel más con aguacate y salmón:
- 2 baggels. Si no los encuentras puedes usar cualquier otro tipo de pan que te guste y apetezca. Tuéstalo. Cúbrelo con bacon previamente salteado en la sartén (recuerda poner una tapa para evitar manchar toda la cocina, y dejarlo tostar un poco para que adquiera ese toque crujiente).
- Cubre un cuenco pequeño o un vaso con papel film. Pinta el papel con un poco de aceite. Rompe un huevo sobre el papel film. Echa una pizca de sal. Haz un saquito con él y ciérralo (con una pinza, un hilo…). Mételo en un cazo con agua hirviendo y déjalo cuatro minutos. Al sacarlo, sumérgelo inmediatamente en agua fría para cortar la cocción. Abre el saquito y desmóldalo. Ya tienes tu huevo poché.
- Pon el huevo sobre el bacon.
- Prepara la salsa holandesa. Es un proceso que a veces se complica y se corta, pero Pintxo lo explica muy bien en Directo al paladar.
- Vierte salsa holandesa sobre el baggel con el bacon y el huevo. No esperes a que se enfríe para comértelo.
- Pero a mí mi madre me dijo que cuando fuese mayor podría comer dos huevos. Así que me preparo otro.
- Tuesta otro baggel u otra rebanada de pan.
- Machaca la pulpa de un aguacate maduro. Échale una pizca de sal. Cubre con unas láminas de salmón ahumado. Coloca un huevo poché encima (que ya habéis aprendido a prepararlo unas líneas arriba). Puedes elegir echarle la misma salsa, otra o ninguna.
– Fruta: Prepara unas brochetas de fruta fresca: Corta en trozos de bocado dos plátanos, un mango, dos kiwis y una manzana. Alterna su disposición en un palito de brocheta y colócalos sobre un plato. Colorido y vitaminas para tu día a día.
Si aún tenéis hambre, id a la nevera y mirad a ver qué más tenéis.
Los mejores brunchs de Madrid
Lo malo del brunch en casa es que hay que prepararlo y a veces no se tiene el tiempo que se querría. Ni las ganas. Por eso, y por su variedad, hemos hecho una pequeña selección de los mejores sitios para degustar un buen brunch en Madrid:
- Carmencita: Fue mi primer brunch y lo recuerdo con cariño. Tiene el menú completo de brunch con los huevos benedictinos, postre, mimosa y café, por 14,50€. Pero tiene muchos más platos para elegir, como hamburguesas varias, french toast, huevos rancheros… Calle San Vicente Ferrer, 51
- Mür: Su brunch completo son 22€ pero es bastante generoso para una persona. Dispone también de un Little Brunch dulce (13€) y otro salado (15€) que yo sugiero compartir con tu acompañante y así probarlo todo. Plaza Cristino Martos, 2
- Poncelet Cheese bar: si eres un amante del queso, y no eres intolerante a la lactosa… éste es tu sitio. Para darse un capricho y disfrutar de un brunch muy quesero. Su precio varía según los platos que pidas, pero su precio medio ronda los 17€. Ideal como opción diferente a los clásicos. Calle José Abascal, 61
- Revoltosa: Es la opción castiza para los madrileños por excelencia. Entre sus platos salados, no podían faltar unos huevos rotos con jamón o una tortilla con salmorejo. Por 14,50€, sábados y domingos desde las 12:00. Plaza del Rey, 4
- Pum Pum: Tiene uno de los mejores cafés de Madrid y sus recetas están hechas con ingredientes eco. Tienen muchas especialidades diferentes y su clásico benedictine sobre aguacate. Sus precios varían entre 15-20€, aunque tienen una versión más reducida por 10 € que merece la pena. Calle Tribulete, 6