La alimentacion en el siglo XXI
Algo está cambiando en nuestros modelos de alimentación. Si bien en España estamos acostumbrados y llevamos fama de ser buenos comedores de carne, las últimas tendencias cobran cada vez más fuerza. Hace apenas tres años, nos situábamos como el décimo país más carnívoro del mundo. Ahora, casi el 8% de nuestros vecinos opta por una dieta vegetariana.
Vegetarianos, veganos, flexitarianos y todo lo que se mueve alrededor de los nuevos modelos de alimentación
Nosotros, que presumimos de inventar la dieta mediterránea como la perfección y equilibrio necesarios para el día a día, la estamos dejando de lado por los nuevos (y no tan nuevos) modelos de alimentación que llegan para tentarnos con sus beneficios. Y es que mucho se habla de ser vegetariano, vegano, flexitarianos u otras filosofías gastronómicas que surgen, sin pararnos a analizar el impacto que tienen en nuestra sociedad. Empecemos con las diferencias:
- Vegetariano: basa su alimentación en el consumo de productos vegetales, pero admite el uso de productos del animal vivo, como los huevos, la leche, etc.
- Vegano: rechaza cualquier alimento de origen animal.
- Flexitariano: practica una alimentación vegetariana flexible, que se permite licencias puntuales respecto a la que cada uno considera.
A favor y en contra, tantas opiniones como modelos de alimentación
Cuando surgieron las primeras voces del vegetarianismo, vinieron las primeras preguntas que alertaban ¡¿Pero de dónde van a sacar las proteínas necesarias para subsistir?! Una dieta vegetariana puede contar con todas las proteínas, vitaminas y calcio necesarias. Siempre y cuando estemos informados sobre qué alimentos tienen mayor cantidad de proteínas y vitaminas y organicemos nuestra dieta de una manera equilibrada, podremos alimentarnos correctamente. No consiste en comer vegetales por comerlos, ni en no comer animales por no hacerlo. Si entendemos que la alimentación es el carburante que necesita nuestro cuerpo para el día a día, lo importante entonces es que no nos falte de nada y además, hagamos ejercicio físico para mantenernos en forma.
Más allá de las definiciones conocidas, podemos hacer foco en subgrupos y etiquetas, como si se trataran de tribus urbanas alimenticias. Los pescetarianos sí que comen pescado, aunque no carne. Los ovolácteos son permisivos con su dieta vegetariana y admiten huevos y leche. Y traspasando lo puramente alimenticio, y mezclándose con nuevas tendencias en las relaciones, se habla también de los vegasexuales: aquellos veganos para los que es tan importante el no consumo de alimentos de origen animal, que lo amplían a su vida sexual, vetando a aquellos que coman carnes. Es decir, veganos que sólo tienen relaciones con veganos.
De cómo el mercado se adapta a los modelos de alimentación o los modelos de alimentación se adaptan al mercado
¿Pero por qué estamos abandonando el chuletón para comernos un buen plato de quinoa? ¿Es tan mala la carne como la pintan? No sólo los medios de comunicación y las alertas médicas oficiales ayudan a posicionarse a un lado u otro. El incremento de intolerancias y alérgenos ha convertido las cartas de los restaurantes en una auténtica amalgama de colores e iconografía que te hacen saber si te encuentras en un local moderno o no. De ahí derivan multitud de sitios nuevos y en auge que te permiten ir a comer con tu grupo variopinto de amigos sin tener que romperte la cabeza porque el uno es intolerante a los lácteos, el otro es celiaco declarado y tú tienes alergia a los frutos secos. Muchos opinan que esas intolerancias que están surgiendo en estos últimos años, vienen provocadas por un uso, cuanto menos estudiable, sobre los productos químicos incluidos en los alimentos que consumimos.
Lo que sí que es cierto es que estos nuevos modelos de alimentación están cambiando el mercado. La facilidad que tenemos a día de hoy para encontrar ciertos productos, ni siquiera podíamos imaginárnoslas hace tan solo unos años. Los alimentos que antes conocíamos como «exclusivos para vegetarianos» están ya al alcance de todos. Si antes querías una hamburguesa que no fuera de carne, ya te la podías preparar en casa, o acudir a alguno de los dos locales contados de comida vegetariana que hubiera en tu ciudad. Ahora tienes opciones en cualquier supermercado, y de hecho, en sus estanterías descubrirás productos nuevos que te abrirán tanto la curiosidad como el apetito.
El tofu ya no es un gran desconocido. La soja es algo más que la salsa donde mojamos el sushi. La revolución ‘veggie‘ no parece sólo una moda pasajera. Ha llegado a los comedores de los colegios y las empresas. Ha concienciado hasta al más purista de la carne. Porque hay productos que suponen un trampantojo a tus sentidos y gracias a algunas marcas ya es posible comer una salchicha que no sea de carne, pero que lo parezca. Y que además tengan las mismas proteínas, pero en este caso, vegetales. Los productores apuestan cada vez más por este tipo de alimentos, haciéndonos conscientes de que no son sólo para unos pocos.
Marcas y consumidores apuestan por la proliferación. Cada vez son más los foodies no veganos que demandan «productos verdes», snacks que podamos llamar healthy foods. Internet está lleno de recetas para todos, con un amplio espectro de posibilidades para dar placer a nuestro sentido del gusto y llenar nuestro estómago. Opciones que hasta el momento desconocíamos, y que hace apenas unos años no podríamos ni soñar. Y ahora tenemos un panorama en el que no somos capaces de imaginarnos sin estos nuevos platos. Un bucle alimentario que estamos alimentando, y nunca mejor dicho, entre todos, consumidores y productores, para mantener el equilibrio de un sector en auge.
Seas vegano declarado o simplemente tengas curiosidad, existe todo un mundo ahí fuera para probarlo. Puede que estos nuevos modelos de alimentación pasen de moda (o no), pero es innegable que ya han dejado huella en nuestra cultura. Y de momento, no parece que se trate de una tendencia pasajera, si no que aún nos queda mucho por explorar, y explotar.
¿Ya está todo inventado?
Argumentos a favor o en contra, lo que está claro es que la dieta que seguimos hoy, en general, y siendo la de cada uno distinta a la de su vecino, no tiene nada que ver con la de hace 20 años. Ni siquiera con la de hace cinco. Hoy todo nos parece más normal. Nos atrevemos a probar productos nuevos. La palabra superalimentos ya no nos parece sacada de un cómic de Marvel y antes de hacer una cena con amigos en casa, les preguntamos sus intolerancias.
Yo personalmente, opino que todos somos flexitarianos cuando queremos, y que hay que tener una alimentación equilibrada sin volvernos locos. Y lo que es más importante, disfrutar de la comida, de la cocina y de todo lo que nos ofrece.
Un artículo muy informativo, no sabia que existían los flexitarianos. Yo Creo que mantener una alimentación lo más equilibrada posible marca la diferencia en nuestra salud y como nos sentimos. Es peligroso no mantener una dieta adecuada, observando siempre las necesidades de nuestro cuerpo.
Son unos modelos de alimentación super interesantes, muchas gracias por la información.
Totalmente de acuerdo, nos alegramos mcuho de que te hayas gustado. ¡Un saludo!