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Cómo preparar un buen salmorejo

Con este calor, lo único que nos apetece para comer son platos fríos. Este salmorejo no falta en nuestro menú. Un plato original del sur de España que se ha ido extendiendo por todo el territorio para conquistar nuestros paladares en verano. Primo hermano del gazpacho, pero de mayor consistencia y para comer con cuchara, los que no somos de Andalucía lo hemos adoptado como un must para pedir en restaurantes, preparar en casa y llevar en tupper al trabajo. ¿Que todavía no sabes cómo prepararlo tú mismo? Tranquilo, te damos la receta. Y además, para los que se animen, les enseñamos a prepararlo en nuestro curso para principiantes del miércoles 21 de junio, dedicado a cremas frías y calientes, con María Muñoz.

Este plato se concibe originalmente como una «receta de pobres», dando salida a esos tomates más pasados y más baratos por ello. Aunque a día de hoy hay quien prefiere utilizar otras variedades con más coste, que no modifican demasiado su sabor. Os dejamos elegir.

 

Ingredientes:
  • 1 kg de tomates pera (o los más pasados que encuentres en el mercado)
  • 1/3 de una barra de pan del día anterior
  • 1 ajo
  • Sal
  • 1/2 vaso de AOVE
  • Jamón
  • Huevo

 

Elaboración:

Los tomates se pueden escaldar durante unos minutos, haciéndoles previamente una equis con el cuchillo, para pelarlos y que nos quede una crema más fina. Aunque a día de hoy, con las batidoras que tenemos en casa, nos podemos ahorrar este paso y que el resultado sea igual de espectacular.

Mezclaremos en el vaso de la batidora los tomates y el pan, incorporándolos poco a poco para que la batidora pueda con ello y el pan se vaya empapando de los tomates triturados. Echaremos el ajo y una pizca de sal y seguiremos batiendo. Incorporamos el aceite de oliva poco, casi en hilo, para que vaya emulsionando y le de consistencia al salmorejo. Si vemos que nos ha quedado muy espeso o que nos gusta más ligero, podemos echarle un poco de agua.

A la hora de servir, le echaremos en cada cuenco o vasito unos tacos de jamón y un huevo cocido también troceado. Hay quien el huevo lo echa directamente también en la batidora para mezclarlo con todo el salmorejo. Pero a nosotros nos gusta encontrarnos los trozos y cogerlos con cuchara.

También, para los más valientes, se puede servir con un poco de caballa por encima. Le dará un sabor muy rico.

 

Las variedades del salmorejo son a día de hoy infinitas. Ya tienes la base para hacer el de toda la vida, ahora sólo tienes que jugar en la cocina. ¡Cuéntanos cómo te sale!

 

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